TN. COM
  12 de Marzo 2011
  
Es una iludisón de una dominicana que, de a poco, se trtansforma en realidad. Luego  de seis años de ser recibida en Egipto como una "ciudadana de ninguna  parte", cree encontrarse a solo "unos metros" de cumplir su  propósito: encontrar la tumba de Cleopatra.
    
  A Kathleen Martínez le gusta definirse como abogada de profesión  y arqueóloga por devoción. La mujer explica con sencillez su empecinada tarea  de pasar a la historia si el éxito le sonríe al final de una búsqueda  monumental.
      Esta joven, madre de dos hijos, está envuelta en la convicción de  sus excavaciones y su devoción por la última faraona egipcia. "Cuando me  embarqué en el proyecto de viajar a Egipto, muchos en mi familia pensaron que  necesitaba tratamiento siquiátrico. Era difícil entender que desde la República Dominicana se podía tener la idea de que era posible encontrar la tumba de Cleopatra",  señaló tras inaugurar en Santo Domingo una muestra fotográfica que pretende dar  a conocer este trabajo en su tierra.
      Las fotos presentan diferentes momentos de la vida arqueológica  en los alrededores del templo de Abusiris, en la ciudad egipcia de Alejandría,  donde Kathleen espera hallar los restos de Cleopatra, muerta en el año 30 a.C.  y cuyo palacio está bajo las aguas del Mediterráneo.
   Una de las fotografías más importantes es la de una moneda que,  según Kathleen Martínez, muestra el rostro de la faraona y que fue encontrada en un gran cementerio descubierto hace dos años por la expedición de  la que es directora junto al ex ministro egipcio para las Antigüedades, Zahi  Hawass.
      Precisamente, fue a Hawass a quien Kathleen logró convencer con  su teoría de que la reina egipcia no podía estar enterrada en su palacio sino  en un templo dedicado a Osiris e Isis, siguiendo una tradición de los faraones,  que buscaban su descanso eterno lejos de los pasillos de sus palacios.
   Pero Hawass, considerado una eminencia en el terreno de las  antigüedades egipcias y la persona con más poder de decisión sobre la materia  en su país, renunció recientemente a su cargo por el fracaso de la policía a la  hora de proporcionar protección a los lugares arqueológicos en medio de los  turbulentos días que vive Egipto.
      En relación con los inesperados y recientes cambios políticos en  Egipto, la abogada y arqueóloga dominicana no duda en manifestar su alegría por  lo ocurrido. "Inicialmente, dudé en regresar debido a la situación política, pero al  retomar las excavaciones me di cuenta de que esta revolución de la juventud  egipcia, de los estudiantes egipcios, estaba repleta de ideales de libertad,  verdad y justicia, por lo que valía la pena regresar en búsqueda del tiempo de  Cleopatra".
      Superados estos momentos de suspenso, Kathleen Martínez retomó  el camino de su anhelado sueño, del que hizo una breve pausa de tres días para  estar presente en la apertura de la exposición fotográfica, en la que ella y  Zahi Hawass protagonizan varias tomas.
   Kathleen Martínez, quien se siente "destinada" a tocar las "profundidades del cielo",  resume en una exclamación su tarea de vida: "Una vez encuentre la tumba de  Cleopatra, me convertiré en su 'abogada' para la historia".