Tras el éxito de la exposición de ‘Darwin  y las especies extinguidas’, la Fundación Gaselec ‘contraatacará’ con una  muestra de ‘La Guerra de las Galaxias’, mientras sigue potenciando la  investigación científica.
    
  La Fundación Gaselec se  creó en el 2004 y pronto descubrió en su sede las múltiples posibilidades que  ésta ofrecía para convertirse en un punto cultural de referencia en la ciudad.  Desde entonces son varias las exposiciones que la Fundación ha acogido en su  seno, la última ‘Darwin y las especies extinguidas’ que se ha prolongado más de  un año y medio con más de 30.000 visitas. 
    Un hito que el vicepresidente Gustavo Cabanillas está seguro que no podrán  repetir como afirma en esta entrevista a ‘El Faro’ en la que hace un positivo  balance de una iniciativa que nació, principalmente, por su amor a Egipto y que  hoy se ha plasmado en la financiación de un proyecto de investigación en la  tumba de Amenhotep Huy, cuyos últimos descubrimientos fueron motivo de la  celebración de la octava edición de las Jornadas de Egiptología.
    
  
–¿Cómo nace la Fundación Gaselec y su primera exposición sobre Egipto?
    –La creamos con cuatro motivos principales: el fomento de la cultura, la  investigación científica, la ecología y el medio ambiente y la promoción de la  fauna y el medio ambiente. La primera exposición surgió porque me gusta mucho  la Egiptología y tengo una colección importante de piezas y pensé que en vez de  tenerlas guardadas las podía exhibir. Como tenemos un local muy grande cerca de  la plaza de toros lo aprovechamos para hacer una sala de exposiciones. Con esta  muestra tuvimos un éxito relativo porque la gente venía pero no volvía.  Entonces surgió la idea de variar la oferta. Así llegaron ‘El gran capitan y  los Reyes Católicos, ‘Sefarad’, ‘Piratas, los ladrones del mar’, otra de  Egipto. Lo bueno es ir rotando exposiciones salvo la de ‘Piratas’ que tuvo  20.000 visitas y de tres meses se amplió a seis y la de los dinosaurios a año y  medio. Ésta la hemos tenido que cerrar porque ya tenemos comprometido el  Centenario con Regulares. 
    
  –¿Cómo se consigue este éxito de asistencia?
    –Hace unos años los padres llevaban a los niños al museo y hoy es al revés,  vienen con el colegio y luego repiten. Dos han sido las exposiciones más  exitosas: la de ‘Piratas’ y los dinosaurios. También hay que tener en  cuenta  que ha sido gracias a la Dirección Provincial del Ministerio de  Educación que ha posibilitado que los escolares puedan venir a ver las  exposiciones y luego los fines de semana son los niños los que traen a sus  padres. 
    
  –¿De dónde partió la idea de la exposición de ‘Darwin y las especies  extinguidas’?
    –De los niños, porque son los que nos lo piden y la próxima muestra es de la  ‘Guerra de las Galaxias’ porque hay una demanda. Hacer una exposición de El  Greco que vale un dineral irán 500 personas y para eso no conviene gastarse un  dineral. No ha habido exposición más exitosa que la de los dinosaurio y sabemos  que lo que hagamos ahora está mal porque el listón se ha puesto muy alto. Para  montar la exposición de los dinosaurios hablé con Juan Bellver y le dije que  tenía que ir dirigido a los niños. Así que les preguntó a sus hijos cómo  querían la exposición porque si sabemos qué quiere el público podemos  satisfacerlo.
    
  –¿El desmontaje de la exposición está teniendo el mismo trabajo que tuvo el  montaje?
    –El montaje duró cuatro meses pero primero nos pusimos en contacto con una  empresa de Valladolid, que también hace maquetas para el programa de Iker  Jiménez, para hacer las figuras de los dinosaurios. Pero además la exposición  debía aderezarse con una iluminación y sonido especial. El éxito se confirmó  cuando los niños comenzaron a visitarlo y sentían miedo por las maravillosas  maquetas y el ambiente que habíamos creado. Habíamos acertado. Después  potenciamos la exposición con más maquetas y piezas históricas como los restos  de cráneos de cocodrilos de Francisco Benítez que son únicas en el mundo, y con  actividades como la Noche en el Museo y talleres prácticos los sábados por la  mañana. 
    
  –¿Dónde están ahora los dinosaurios?
    –(Risas) ¡Ay los dinosaurios! Pues los hemos repartido en varios almacenes.  Hubo una propuesta de llevárlos a Málaga, pero lo teníamos que hacer todo  nosotros, tanto el transporte como el montaje, y se nos disparaban los costes.  Finalmente, pensamos que Málaga no es nuestro mercado y rechazamos la oferta,  pero si ellos hubieran colaborado pues sí. Algunos de los dinosaurios los  traeremos a Gaselec pero no vamos a regalar nada porque en un futuro no  descartamos volver a aprovechar estas maquetas para otras exposiciones. Pienso  que en dos o tres años podemos volver a hacerla de una forma distinta y más  didáctica.
    
  –¿Ha sido complicado hacer de la sala un punto de referencia cultural para los  melillenses?
    –Es complicadísimo, porque los melillenses, en general, son muy vagos. Primero  les gusta que se pueda ir con coche y los fines de semana no te apetece salir a  la calle. Todo ha sido gracias a los niños y el ME porque si no nos hubiera  facilitado que los colegios vinieran, los fines de semana los padres no habrían  venido con sus hijos. Ha habido días que hemos cerrado las puertas de la sala  porque había 300 personas y no pueden entrar más. Cosa que también ocurrió con  la exposición de la Copa del Mundo. El mundo  cultural es muy complicado  porque sólo hay algunas personas que les gusta pero hay otros que no van  a  ningún sitio pero hemos acertado.
    
  –¿La próxima exposición estará dedicada a los Regulares?
    –Llevamos casi seis meses preparando. La organiza el regimiento de  Regulares  nº 52 de Melilla y les damos todas las facilidades. Ya se está  trabajando en el traslado de parte del mobiliario de la sala histórica de la  base y en otras recreaciones.
    
  –¿De qué se compondrá?
    –Habrá varias áreas temáticas dependiendo de la historia de la unidad. Hemos  pensado en un despacho, una jaima, un blocao y un  cañon recuperado de  1920 a los rifeños después del desastre de Annual. También habrá mucha  fotografía, porque al público no le gusta leer mucho pero un mínimo de texto sí  habrá que te dé información.
    
  –Recientemente han celebrado la octava edición de las jornadas de Egiptología,  ¿qué balance hace de ellas?
    –Primero, llegar a la octava edición en Melilla de algo ya es un récord sin  ayuda alguna. Las jornadas se plantearon hace ocho años con Rocío Gutiérrez,  profesora de la UNED, y le dije por qué no hacemos algo de esto y ella movió  los contactos y hemos ido trayendo a todos los egiptólogos de España, unos con  más acierto y otros con menos. Teresa Bedman y Francisco Martín-Valentín, los  dos ponentes de estas octavas jornadas los conocí hace unos años, vi su trabajo  y les planteé la posibilidad de ayudarles desde la Fundación. Fui a una  excavación donde estaban trabajando y allí trabamos amistad y viendo un  proyecto real y fiable decidimos colaborar. 
    
  –¿Por qué llama tanto la atención Egipto y qué tiene de especial la tumba de  Amenhotep Huy?
    –El estereotipo que existe de Egipto es que allí todo es oro porque Hollywood  siempre lo pone así pero no es lo más importante. Amenhotep Huy fue visir de  Amenhotep III, su hijo Amenhotep IV, el rey hereje, supuso una revolución  religiosa y los monarcas borraron su historia. En ello,  picaron todos los  relieves donde los egipcios escribían la historia de su pueblo pero lo dejaron  tirado allí. Nosotros lo que hacemos es reconstruir el puzzle para saber qué  pasó en ese tiempo. Reconstruir una tumba es reconstruir la historia y eso es  lo bueno.    
    
  –Para terminar, ¿cuáles son los retos de la Fundación?
    –Primero potenciar la egiptología y que algún chico joven melillense tenga la  cualificaicón suficiente para ir a Egipto con esta misión. Mi ilusión es que  melillenses con preparación vayan allí subvencionados por la Fundación a través  de una beca. Por otra parte, estamos preparando la edición de varios libros  relacionados con la historia o cultura melillense. Uno de ellos versa sobre los  fuertes exteriores, otro del barroco en Melilla en las iglesias y tenemos  pendientes la reedición de dos o tres libros más. Esto es lo que tenemos en  mente a seis meses vista. Dentro de unos años pues no sé a dónde llegaremos,  esperemos que la excavación de Egipto pegue un bombazo y se encuentren cosas y  podamos apostar allí más y que Melilla sea un referente. Mi idea no es que la  Fundación suene sino que sea Melilla la que suene a través de una misión en  Egipto, que no hay ninguna. Nunca Melilla ha estado en una misión en ningún  sitio y yo creo que es momento para exportar algo.