Bueno, yo tengo una opinión muy particular acerca de este altercado acontecido, siempre según la Biblia, en la ciudad de Per-Ramsés... al hilo de lo de José nos hallamos ante uno de los primeros vínculos que une al pueblo hebreo con Egipto. Su llegada se produce como esclavo, aunque yo creo que lo más interesante es su papel de interpretador de sueños, y no el de esclavo. Nos hallamos ante Siete vacas flacas y Siete vacas gordas, que hacen alusión a un período de hambruna que asoló, muy posiblemente, a todo el Antiguo Próximo Oriente, pero es que este hecho ocurrió en incontables ocasiones. No es casual el aliciente de las vacas, ya que las siete vacas, junto con el toro, se recogieron en los relieves de las tumbas privadas de la XVIII Dinastía, que hacen alusión a los Textos para Salir al Día. Es un hecho que para los egipcios significaba una buena crecida. No debiera sorprendernos que el pueblo hebreo se uniera a Egipto de esta forma, ya que Jacob murió con 110 años y fue embalsamado siguiendo los ritos faraónicos. Sobre Moisés, cuyo nombre podremos traducir por Mesés o incluso por Msés (véase Ra-msés) resulta alocada la idea de 600.000 paisanos escapando de Egipto, dejando atrás toda esa tierra de sangre y sufrimiento... la Biblia nos dice que toda esta historia sucede mientras se está construyendo la capital del Delta, Per-Ramsés. Las Sagradas Escrituras nos presentan a un hombre demasiado mayor, con ochenta años de edad y su historia, lo de huir de Egipto, vagar por el desierto y etecé etecé es un calco increíble, por ejemplo, del cuento de Sinuhé, salvo que los hebreos cambiaron el final. Pensemos friamente en esta imagen, un fugitivo de las leyes de Ta-Meri, un octagenario que llega al palacio real y osa desafiar la ley del todopoderoso Ramsés II... primero, que no podías llegar a la casa de Ramsés y pedir una cita como quién va al médico, y mucho menos para insultar a los dioses egipcios... por menos, Amenhotep II colgó a más de uno de la proa del barco y lo escarnió por el Nilo mientras los cocodrilos picoteaban en sus carnes... segundo, la historia de los trucos de magia que los hebreos quisieron presentar como obras divinas, se venían repitiendo desde la corte de Jufu a lo largo de los siglos. ¿qué decir de las plagas? La primera plaga nos dice que el agua del Nilo se convirtió en sangre, que los peces se murieron y el río se infectó. Pues bien, cada verano, los egipcios aguardaban este preciso momento, la inundación, que daba a la Tierra Negra toda su riqueza. ¿Cómo iba a ser una maldición la llegada del limo negro? Las lluvias torrenciales que nacían más allá de las cataratas del país de Kush llegaban a Egipto llenas de lodo y barro. Así, siempre adquiría ese color rojizo, que al mismo tiempo provocaba que los peces no solo no fueran comestibles, sino que se morían, y por efecto de la contaminación, el agua no era potable. La segunda plaga es la de las ranas, que se nos dice que invadieron las ciudades justo a los 7 días de haberse cumplido la primera plaga (otra vez el mágico número 7). Posiblemente, no ocurrió a los 7 días, sino al día siguiente de haber comenzado la crecida. Y no solo las ranas huían del agua, sino que todos los animales que habían sobrevivido tenían la necesidad de buscarse alimento, ya que la contaminación había interrumpido su ciclo ordinario. Las ranas huían a las zonas secas, por que allí también migrarían las moscas y mosquitos de las que estas se alimentaban. Los cocodrilos también buscaban las zonas secas, en busca de alguna presa que llevarse a las fauces. No había nada de extraño en ver a las ranas huyendo de la contaminación del Nilo, así como también era habitual, por estas fechas, ver numerosas bandadas de pájaros que emigraban hacia latitudes más propicias para la supervivencia. La tercera y cuarta plaga nos hablan de los mosquitos, tábanos y piojos. Uno de los motivos por los que los egipcios solían afeitarse la cabeza era para evitar los piojos. Los mosquitos y los tábanos todavía hoy son una plaga en este país cuya climatología casi lo convierte en un país tropical. La quinta plaga sí es curiosa, ya que la Biblia nos dice que: “Pereció todo el ganado de los egipcios y no murió uno solo de los israelitas. El animal sagrado del faraón pereció también por la mano de Yavhé." (E.9, 6) El animal sagrado al que se hace referencia es el toro Apis, y esta plaga resulta curiosa por dos motivos. Uno es que es precisamente durante la época de Ramsés cuando este animal goza de mayor culto, ya que fue Jaemwaset el que magnificó el Serapeum. El otro motivo es que, si los hebreos eran esclavos, trabajaban de sol a sol sin sueldo, con una comida a base de agua y pan, sin posibilidad alguna de visitar ningún lugar que no fuese de casa al trabajo y del trabajo a casa, ¿cómo es posible que hubiera hebreos que poseyeran rebaños? ¿Acaso desconocían los exegetas que los ganaderos que poseían ganado propio eran comerciantes? Además, resulta muy sospechoso cuando la Biblia nos dice que huyeron de Egipto con el ganado. ¿Qué ganado, si el de los egipcios había perecido y ellos, como esclavos, no tenían ganado alguno? La sexta plaga nos habla de las úlceras y sarpullidos. Durante el reinado de Ramsés II no hay constancia de hechos similares, pero sí que tenemos referencias de enfermedades que provocaban síntomas parecidos durante el reinado de Ajenatón. De hecho, se sospecha que una de sus hijas, la princesa Meketatón, pudo haber muerto de peste. La séptima plaga es la de las lluvias torrenciales. La lluvia era algo tan inusual en aquellos días, que decían los más ancianos del lugar que cuando llovía era la ira del dios Seth que se había desatado, y que su rugido era aterrador. La ira eran los relámpagos, y su rugido eran los truenos. Esto no sería un milagro divino, sino un fenómeno meteorológico. La octava plaga nos habla de un eclipse. Ya hemos relatado la importancia de los astrónomos del Antiguo Egipto, y no se trata en absoluto de un hecho paranormal, sino de un milagro del Universo. La novena es la plaga de las langostas, las cuales incluso se producen hoy día, llegando a cruzar el estrecho desde Marruecos a nuestra Península Ibérica. La última plaga de la que nos hablan las sagradas escrituras es la de la muerte del primogénito de Ramsés. Éste hecho sí que merece la pena estudiarlo con detenimiento, ya que por un lado tenemos lo que la Biblia nos cuenta, y por otro lado tenemos los restos arqueológicos. Ramsés fue coronado con 25 años, muriendo en su 67 año de reinado, tenía 92 años. La Biblia nos relata que el nacimiento de Moisés ocurrió cuando se estaba construyendo la ciudad de Per-Ramsés, por lo que el rey tenía ya 30 años. Ahora imaginemos que Moisés nace justo en el año 5 del reinado de Ramsés. Si Moisés se presenta ante Ramsés con 80 años, debemos entender que el rey tenía esos 80 más los 30 que tenía cuando inició las obras de Per-Ramsés, lo cual hace un total de 110 años, la edad a la que aspiraban llegar todos los sabios. Además, sabemos que el primogénito del rey, Amonherjopeshef, murió en el año 40 de Ramsés. Bueno, yo creo sinceramente que la salida de los hebreos de Egipto jamás se produjo. Sí estoy de acuerdo con el símil de los hicsos, y es que el pueblo judío, con el paso de las centurias, bien pudo haber visto algún síntoma entre la expulsión de los hicsos y los relatos que querían crear, pues no hay que olvidar que, efectivamente, Ahmose I persiguió a las hordas hicsas por las rutas donde, según la Biblia, huyó el pueblo hebreo. En serio creo que mientras la ciencia no nos regale una prueba definitiva sobre la existencia de estos hechos, no son más que fábulas... en una ocasión, al hilo de este mismo tema, intentaban convencerme de que el Éxodo había existido, y que los egipcios jamás lo mencionaron por la vergüenza que les produjo... ¿cómo iba a ser vergonzoso para Ramsés, después de haberse adjudicado una victoria en Qadesh cuando realmente la cosa quedó en empate técnico? Además, ¿avergonzarse de qué? De haber sido real ese episodio, de haber sucumbido las tropas del rey, la cosa habría pintado tan mal que Egipto se habría convertido en un cordero cojo en medio de una manada de lobos, y habría muchos pueblos que se habrían tirado a su yuglar sin pensárselo dos veces. Perdón por extenderme tanto, pero es que me pierdo... No se si estáis de acuerdo en algo...
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